El título es una frase que he escuchado mucho en los últimos días. En Guatemala estamos próximos a celebrar las elecciones presidenciales, lo cual significa que la ciudad está llena de propaganda política y las redes sociales tienen videos de candidatos bailando “El colesterol” de Los vendavales de Adán Meléndez.
Lo primero que debemos tener en mente ante estas elecciones: no participar en política es participar en política. Si no votamos, igual tenemos una postura y esta puede ser el statu quo. Es decir, apoyaríamos indirectamente las injusticias actuales que nos indignan, ya que tampoco estamos haciendo nada al respecto.
En Romanos 13, Dios habla acerca de las autoridades y cuál es el propósito que deberían cumplir. Votar es un tema de mayordomía. El Señor nos ha confiado muchas cosas, entre ellas está la oportunidad de delegarle poder a ciertas personas a través del voto. Debemos ser buenos administradores y buscar sabiduría para elegir la mejor opción.
Ningún partido está completamente alineado con los principios bíblicos. Sin embargo, podemos ser responsables e investigar cuáles son sus posturas en temas que la Biblia aborda claramente, por ejemplo, la vida. Como cristianos deberíamos saber que hay vida desde la concepción (Salmos 139:16) por lo que no estamos a favor del aborto. Asimismo, creemos que una familia está integrada por hombre y mujer (Mateo 19:4–6), por lo que no estamos a favor del matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Hay varios candidatos que han expresado la postura de su partido en cuanto a estos temas.
Como creyentes también es importante que apoyemos a un candidato que esté a favor de la libertad religiosa. Todas las personas tenemos el derecho de expresar nuestra fe sin ningún tipo de impedimento.
Otro tema a considerar es la pobreza ya que detona muchos problemas sociales; afecta la educación, la nutrición, la inseguridad, la salud y el desarrollo económico. La Biblia nos llama a contribuir en favor de los más necesitados, independientemente del gobierno de turno. El gobierno juega un rol importante, pues toma decisiones que afectan a la economía del país. Es nuestro deber entender las propuestas de los candidatos y las consecuencias que eso podría traer. Por lo tanto, antes de votar, investiga las propuestas.
Por ejemplo, a todos nos llama la atención cuando un candidato ofrece muchos programas, pero ¿de dónde saldrá el dinero para todos ellos? Probablemente de los impuestos, por lo que podría significar que decidan subirlos y esto afecte nuestra economía personal. Por esa razón debemos investigar e informarnos qué es viable y no solo dejarnos llevar por lo suena “bonito”.
Investiga si los proyectos, propuestas y acciones que el candidato ofrece ya se pusieron en práctica en algún otro país en el pasado o en el presente. No tiene sentido que elijamos basándonos en cosas que ya se han probado antes y la historia ha demostrado que no funcionan.
Si algún candidato te llama la atención, tienes la responsabilidad de entender las acciones que tomaría si llegara a ser gobernante. No solo se trata de si te cae bien o no, sino de que sea una persona preparada, con trayectoria, y que tenga frutos en su vida profesional y familiar. Por eso, cuando Jesús dijo que por sus frutos los conoceríamos, se refería a los resultados previos que una persona haya conseguido.
Por: Fernando Pappa