José Juan, mi hijo de 3 años, no tiene idea de todo lo que Dios me habla a través de él. Quiero contarles algo reciente que nos pasó. Cuando hace demasiado tránsito acostumbro a darle mi celular a José Juan para que vea YouTube kids. Pues, una tarde de entre semana había mucho tránsito, entonces le di el celular a mi hijo. Él me dijo: “Mamá, tengo sed”. Busqué su pachón, pero estaba tirando, entonces le dije: “Mi amor, yo voy manejando, tú puedes alcanzarlo”. Él apenas estiro un poco su brazo sin mayor esfuerzo y me dijo que no lo alcanzaba. Le dije: “Si tú haces un poco más de esfuerzo y te agachas vas a alcanzarlo”. Siguió las instrucciones que le di y lo alcanzó. Le sonreí y le dije: “Eres un campeón”.
El Espíritu Santo me habla y me recuerda que Él sabe que sí puedo alcanzar lo que quiero, solo debo esforzarme para llegar a donde quiero. Dios nos creó y sabe las capacidades que nos dio. En Proverbios 13:4 dice: “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada”.
La Biblia nos enseña a no solo desear, sino a movernos y trabajar por lo que queremos. Mi pregunta para ti es: ¿Cómo vas a lograr eso que tanto deseas? Te dejo un consejo:
Haz un plan de cómo lo lograrás. Por ejemplo, tener un cuerpo saludable. Para ese objetivo debes entrenar por lo menos tres veces por semana. Además, puedes prepararte de la siguiente manera:
-Prepara un día antes la ropa de ejercicio y tu lonchera.
-Deja la alarma puesta y el celular lejos para no apagarla.
-Cuéntales a tus amigos lo que quieres lograr para que te motiven.
-Rinde cuentas de cómo vas en tu proceso.
-Si no logras levantarte un día, intenta al día siguiente.
¡Lo importante es hacer algo! Pídele al Espíritu Santo que te guíe a hacer las cosas que no has hecho, o bien a mejorar las que estás haciendo para alcanzar tus metas.
Por: Melissa de Luna