¿Saben lo que es una trombosis? Es cuando se crea un coágulo sanguíneo en tu cuerpo. Este puede llegar a desprenderse y dirigirse al pulmón, cerebro o corazón. Esto es sumamente peligroso, puede llevarte a la muerte; pero si sobrevives, los resultados tampoco son muy buenos.
Un día, en mi rutina normal, luego de bañarme, desayuné mis huevitos con platanitos y fui a trabajar. Recuerdo sentir un peso extraño en el brazo, pero no le di mucha importancia, lo ignoré. A las horas sentí que mis dedos de la mano derecha se comenzaron a dormir, pero decidí volverlo a ignorar. El día siguiente fue igual: me pesaba más el brazo, se me dormían los dedos y note algo aún más extraño: las venas de mi brazo se comenzaron a resaltar como si estuviesen dibujadas. Me asusté, llamé a mi papá, que es doctor, y le mandé una foto (ventajas de hacer consultas por WhatsApp, jaja).
Mi papá es un hombre muy tranquilo. Él le envió la foto a su colega, quien es cirujano vascular, y este le dijo: “Tu hija tiene que estar en emergencia en este momento”. Y así fue: me llevaron al hospital y me intervinieron para salvarme la vida. Tenía una trombosis en la subclavia, un coágulo de 10 centímetros entre la clavícula y la primera costilla derecha.
Estuve al borde de la muerte durante algunos días y no lo sabía. No me lo imaginé y talvez lo hubiera seguido ignorando si no hubiese tenido la confianza de preguntarle a mi papá por todo eso que sentía extraño en mi brazo.
En esa ocasión me pude percatar, pero hay muchas ocasiones donde Dios salva nuestra vida o, mejor dicho, nos da una segunda oportunidad en donde ni siquiera nos damos cuenta. Puede ser tan simple como parar en un semáforo en rojo o salir un minuto más tarde de tu casa y librarte de un accidente, pero jamás lo supiste.
Quizás estás leyendo este blog y no eres consciente de que Dios tiene un cuidado especial de tu vida. Él constantemente procura tu bien y trabaja a tu favor. Nadie tiene mejores planes y deseos para tu vida como los que tiene el Señor.
Durante el tiempo que esto sucedió yo no tenía la mejor relación con Dios y aun así vi Su mano en cada segundo dentro de ese hospital.
Por: Ana Luisa Montúfar Quintero