“Mamá chocamos y salimos por la ventana”. Esa fue la noticia que mi hermano le dio a mi mamá momentos después de haber tenido un accidente en el carro. Pareciera que fue un gran accidente pero a decir verdad no lo fue, simplemente quedamos encunetados y por la inclinación del carro tuvimos que salir por la ventana y no por la puerta. La manera como mi hermano lo comunicó, le hizo pensar a mi mamá que tal vez el carro había dado mil vueltas y habíamos salido volando a través de la ventana. ¡Ustedes se podrán imaginar la angustia con la que mi mamá llego al lugar del accidente! Este es un claro ejemplo de mala comunicación.
La comunicación es clave para toda relación y no prestarle atención nos puede causar graves problemas. Siempre he creído que nuestra calidad de comunicación determina el tipo de relaciones que tenemos.
La comunicación puede verse afectada por varias razones, pero una de ellas es el chisme, que es llevar la información errónea, a la persona incorrecta, de la manera menos adecuada. Puede provocar grandes problemas en nuestras relaciones. Para ser sinceros creo que a todos ya nos ha causado uno que otro inconveniente, ya sea que seamos los que esparcimos el chisme o los que simplemente lo escuchamos.
La Biblia habla acerca de esto en Proverbios 26:20 NTV: “El fuego se apaga cuando falta madera y las peleas se acaban cuando termina el chisme.”
Quizás te haz preguntado por que constantemente tienes problemas en tus relaciones y puede ser que estés fallando con el tema de los chismes, escucharlos o decirlos. Ambas practicas evidencian una deficiencia de carácter y un problema para la comunicación y relaciones saludables.
Si queremos mejorar nuestras relaciones debemos que mejorar nuestra comunicación. Si queremos mejorar nuestra comunicación debemos dejar de decir y escuchar chismes, y para ello debemos permitirle al Espíritu Santo que trabaje día a día en nuestro carácter.
Por: Diego Herrera