Hace un año estábamos por celebrar el cumpleaños de mi sobrina. Desde que tiene uso de razón le gusta mucho el personaje de Minnie Mouse. Decidí que le regalaría algo que tuviera que ver con eso.
Al regresar del trabajo pase una tienda de artículos de cumpleaños. No creí que mi búsqueda iba a ser tan fácil pero al final de la repisa encontré un enorme globo con la cara de Minnie Mouse. En ese momento decidí comprarlo y prepararme para la gran celebración.
Recuerdo que al darle el globo saltaba de la felicidad, pero diez minutos después la alegría se convirtió en llanto porque el globo se lo había llevado el viento. Ella volteó a verme y con su cara angelical me dijo: “tío alcánzalo”. Me conmovieron sus lágrimas y la fe que tuvo de que yo era capaz de salir volando a traerlo. Creo que por eso en la Biblia nos piden que seamos como niños, porque ellos realmente creen que todo es posible.
En la vida nos vamos a topar con situaciones adversas en donde las cosas se van a salir de nuestro control. Debemos recordar que siempre podemos voltear al cielo y decirle a Dios: “Padre haz algo”. Esa confianza y fe va a ser el detonante para ver milagros en nuestra vida.
Por: Diego Herrera