El movimiento de cancelar la cultura y de boicotear a ciertas personas y personajes de la sociedad está de moda. Si no habías escuchado esto antes, te habrás perdido que hace algunas semanas cancelaron a algunos personajes animados como Pepe Le Pew o Speedy Gonzáles por ser ofensivos. También a la actriz Gina Carano, que fue despedida del elenco de la serie de televisión The Mandalorian por expresar sus posturas políticas.
Ante este tipo de acciones, muchos nos catalogan a los millennials como “la generación de cristal”. Obviamente esa etiqueta hace referencia a lo intolerante que se ha vuelto nuestra generación por considerar muchas cosas ofensivas, tal vez demasiadas.
El problema con esto es que crea un entorno en donde la verdad no tiene cabida. Entonces pareciera ser que preferimos vivir en una realidad “cero ofensiva” pero distorsionada antes que ver las cosas como en realidad son, por muy duras que parezcan.
¿Cancelarias a tus padres por corregirte? ¿Cancelarias a alguien solo porque su opinión es distinta a la tuya? La verdad no es fácil de digerir. Es dura y cuesta ser receptivo a ella, pero nos hace libres y nos permite ver claramente la realidad.
La Biblia dice que Jesús es el camino, la verdad y la vida. Cuando cancelamos a alguien en nuestra mente y corazón por decirnos la verdad, ¿en realidad podríamos estar cancelando a Jesús?
Por: Fernando Pappa