Más allá de los miedos,
más allá de los prejuicios,
más allá de las formas,
más allá de las barreras;
existe algo mejor,
mucho mejor de lo que creemos.
Es lo auténtico,
es la fuente de todo lo que vemos
y hasta de lo que no vemos.
Es lo que traspasa muros,
puertas, religiones, soledades
y tristezas.
Es lo que nos levanta
y nos hace bailar.
El espíritu de Dios está en nosotros.
Dios es amor
y si el espíritu de Él está en nosotros,
nosotros también somos amor;
tú eres amor,
ellos son amor,
yo soy amor.
Eso lo cambia todo.
Cuando amamos a otros,
en realidad, es Dios quien los está amando
a ellos a través de nosotros.
Su amor fluye a través de nosotros.
Somos la casa donde habita el amor de Dios.
Somos las manos que entregan su amor.
Somos luciérnagas llevando su luz
por toda la noche,
por toda tormenta
y fracaso.
A las personas que iluminamos,
a las personas que servimos,
a las personas que abrazamos.
Es Dios manifestando lo que él es
a través de nosotros.
No hay nada que podamos ser fuera de este amor.
El único camino hacia nuestra verdadera esencia
está buscando la esencia de quien nos creó.
Esa esencia es amor.
Este amor está por encima de nosotros
y aun así, es lo único capaz de ponernos a la altura que debemos estar.
Es ese amor que muestra lo que realmente somos,
es ese amor que revela nuestra belleza.
Lejos de este amor somos cualquier cosa que nos destruye.
Somos miedo,
somos inseguridad,
somos oscuridad,
somos frío,
somos soledad,
somos ruido.
Solo a través de este amor podemos encontrar
nuestro verdadero yo.
Pues este amor está en quien nos creó.
En este amor está nuestro significado,
en este amor está nuestro fuego.
Los árboles bailan por este amor,
las aves cantan por este amor.
Toda su creación brilla por este amor.
Sin tiempos,
sin principio ni fin.
Sin pausa.
Antes de nosotros ser,
su amor ya era.
Antes de estar,
su amor ya estaba.
Antes de que las olas bailarán,
su amor ya bailaba.
Su amor fue primero.
Su amor fue primero,
nosotros somos
resultado de ese amor.
No existen leyes que lo limiten,
no existen religiones que lo reduzcan,
no existe temor que lo opaque.
Su amor es un huracán,
destruye todo a su paso,
destruye todo aquello que trata de destruirnos,
y a veces duele,
duele esa destrucción porque no comprendemos
que este amor nos lleva hacia Él,
que este amor nos lleva a casa.
Solo cuando conocemos su amor
sabemos lo que no es amor.
Solo cuando conocemos lo verdadero
sabemos lo que no lo es.
Es un amor que está por encima de nuestras circunstancias,
es un amor que está por encima de nuestras emociones,
es un amor que está por encima de nuestros errores y pecados.
Es un amor que nos ve como Dios quiere que seamos
y no como lo que estamos siendo.
Es un amor que lo resuelve todo.
Y al encontrar este amor,
nuestra respuesta es amor.
Respondemos a su amor
con un amor que Él mismo
depositó en nosotros para darlo.
Lo amamos con su amor.
Lo amamos con su amor.
Por: Zab G. Andrade