Desde el inicio de los tiempos, la obediencia es una de las cualidades que más se le ha complicado desarrollar a los humanos. Por ejemplo, en el capítulo 2 del Génesis se narra la creación de las personas y en el capítulo 3 ya se habla de la primera vez que desobedecieron a Dios.
Por naturaleza somos desobedientes. Uno de los primeros y más grandes retos que los padres tienen al educarnos es enseñarnos a obedecer lo que ellos dicen. Desde pequeños la desobediencia puede traernos grandes consecuencias.
Cuando somos pequeños muchas veces aprendemos a la obediencia a las malas. Sufrimos consecuencias por no obedecer y en la vida también puede que Dios permita que vivas una de esas consecuencias para que te enseñen una lección y puedas obedecer a la siguiente.
Siempre me ha costado este tema. Mis papás y los profesores que tuve en mi vida pueden dar testimonio de eso. Sin embargo, logré mejorar poco a poco esta área al involucrarme en la iglesia y participar del Modelo de Jesús. A pesar de que no es fácil obedecer a las autoridades, entendí las bendiciones que produce esta cualidad.
Siempre me pareció curioso leer Filipenses 2 donde Pablo habla de la humillación y exaltación de Jesús, porque aun sabiendo que Cristo tenía muchas cualidades buenas, la única cualidad que Pablo menciona es la obediencia: “Haciéndose obediente hasta la muerte”. Imaginen el nivel de obediencia de Jesús, que incluso lo fue cuando sabía que moriría en una cruz. Obedecer puede ser difícil porque hacerlo nos sacará un poco de la comodidad.
Sé que muchas personas están pensando: “Es que Jesús obedeció hasta la muerte por amor” o “Es que a eso vino porque era Su propósito”. Seguir los pasos de Jesús es ser obedientes porque provocamos cosas especiales para nuestra vida que nos acerca a nuestro propósito. Hasta las cosas más pequeñas pueden producir cosas grandes cuando practicamos la obediencia.
Dios te ama y quiere bendecirte, pero aprendamos a ser más obedientes a Él y a las autoridades que están en nuestra vida. Mientras más obediente seas, más te acercarás Su propósito para tu vida y a las bendiciones que quiere darte.
Por: Luis Túchez