Mi querida familia:
Escribo esto un sábado 21 de marzo, ahí por las 20:15 horas. Es el día 6 de cuarentena y ya vi todos los Instagram lives, ya terminé mi nuevo libro y hasta estoy pensando en hacer un live… Seguro esta cuarentena me tiene loco, pero a pesar de que tenemos la obligación de quedarnos en la casa quietos, no he tenido un tiempo de tranquilidad. Mi cabeza está llena de miedo, mi cuerpo no para de buscar qué hacer y mi alma está un poco inquieta. Por eso decidí tomarme un tiempo de calma y escribir una carta.
Familia, tal vez no podemos estrechar nuestras manos, pero sí nuestros corazones. Es tiempo de encontrar nuevas maneras de dar amor, ensanchar nuestra capacidad de amar, abrazar a nuestro prójimo. Mi oración es que Dios nos eleve a nuevos niveles de amor, así podremos construir un futuro fuerte que ante esta adversidad nos guíe en la senda de la unidad para ser libres del miedo. Que nos volteemos con nuestro vecino y lo llamemos familia, que nos abracemos unos con otros.
Tal vez no podemos estrechar nuestras manos, pero sí nuestros corazones.
Puede parecer irónico lo que estoy escribiendo porque todas las noticias nos ordenan que nos distanciemos, que no nos abracemos, que tengamos miedo. Pero yo conozco a un padre que es unidad. Que dice: “Porque allí donde dos o tres de ustedes se reúnan en mi nombre, allí estaré yo”. Por esto les escribo, familia, para que nos unamos en su nombre y ahuyentemos todo miedo. Una familia unida trae paz y ahuyenta todo miedo.
Familia, no tengamos miedo. No caigamos en el pánico colectivo que solo nos llevará por un camino de angustia y temor. Seamos prudentes, no salgamos de casa y cuidémonos. Pero no confundan precaución con miedo. Son cosas muy distintas. Recuerden el Salmo 13: “Andaremos entre leones y serpientes, ¡y los aplastaremos!”
Por último, familia, es tiempo de botar paredes y construir puentes. No importando las diferencias, abracémonos unos con otros.
Si estás leyendo esto: bienvenido. Eres familia, aquí hay un espacio para todos.
Familia, ¡caminemos juntos!
Escrito Por: Daniel Marroquín