¿Has escuchado la historia de los doce espías que relata la Biblia? Puedes encontrarla en Números 13 y 14, pero te daré un breve resumen. Moisés envió a doce espías a explorar la tierra prometida por Dios, Canaán. Cuando regresaron, diez de los espías expresaron opiniones negativas y pesimistas sobre el lugar, a pesar de sus muchas virtudes. El pueblo se llenó de temor porque dijeron que conquistar la tierra sería casi imposible. Sin embargo, dos espías: Josué y Caleb, tenían una visión diferente. Les dijeron que el lugar era maravilloso, llevaron frutos gigantes para mostrar lo que podrían tener y afirmaron que, con la ayuda de Dios, podrían conquistarla, a pesar de los retos. Caleb fue bien enfático en que debían confiar en el Señor y conquistar la tierra.
Lamentablemente, la mayoría de los israelitas se llenaron de temor. Lo más impactante es que acababan de salir de la esclavitud en Egipto, cruzaron el Mar Rojo y vieron cómo el ejército de Egipto se hundía, pero aun así no confiaron en que Dios les daría la victoria. Como castigo, el Señor decidió que nadie que hubiera estado en Egipto vería la tierra prometida, solo Josué y Caleb. Entonces, vagaron por el desierto durante cuarenta años. Por su fe y confianza en Dios, Moisés le prometió a Caleb una porción especial de la tierra prometida.
Pasaron cuarenta y cinco años para que el pueblo de Israel viera la conquista de la tierra prometida. Todos los que habían salido de Egipto habían fallecido y solo quedaban Josué y Caleb. Josué, el sucesor de Moisés, distribuyó la tierra a los israelitas. Caleb recordó a Josué la promesa de Moisés y recibió Hebrón como herencia, una porción de tierra significativa y especial. Cuando Caleb espió Canaán, tenía cuarenta años y cuando Dios le dio Hebrón ¡tenía ochenta y cinco años! Algunos podrían pensar que Dios no cumpliría Su promesa porque pasaron muchos años, pero Caleb seguía confiando en que el Señor lo haría y, en Su tiempo, lo hizo.
¿Cuántas veces nos hemos desanimado o frustrado porque Dios nos dice algo o promete algo y pasan días, semanas o meses sin verlo? Nuestro corazón se llena de dudas y desconfianza porque no vemos las cosas cuando queremos. Me imagino que para Caleb fue difícil, solo él y Josué creían que se podría conquistar. Cuarenta años después, lograron la conquista y cuarenta y cinco años después, Caleb recibió lo prometido.
Aunque aún no hayas visto cumplida la promesa que Dios te hizo, hoy te digo que llegará, tal vez no en el tiempo que esperamos, sino en el tiempo de Dios. Puede que Él te esté formando para ser la persona que necesitas ser cuando llegue, o está acomodando todas las piezas para que se logre. Pero estoy segura de que llegará en el momento adecuado.
2 Pedro 3:9 (NVI): “El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan”.
No te desanimes, vuelve a tener fe. Aunque haya desafíos, retos y dificultades, dirige tu mirada a Dios y comienza a confiar nuevamente en lo que Él te ha prometido.