Queridas ovejas:
En febrero terminó nuestro Encuentro de gloria en el cual compartí con algunos de ustedes. Mi gran deseo es que todo líder de la iglesia pueda ser parte de este encuentro. Anhelo que todos los que pastorean un grupo de personas vuelvan a encontrarse con Jesús, Príncipe de los pastores.
Regresé con interrogantes que no me puedo sacar del corazón, como por ejemplo qué título eclesiástico pesa delante del Príncipe de los pastores: ¿“pastor de Casa de Dios”, “‘72’ del pastor Cash”, “pastor de cobertura” o “pastor de sede”? ¿Cuántos años de pastorear pesan delante del Buen Pastor? ¿Cuántos años de servicio son asombrosos? ¿Cinco, diez, veinte años?
Estoy seguro que Dios es quien nos hace crecer. Él coloca a las personas adecuadas en puestos de autoridad y liderazgo espiritual. Estoy convencido de que Jesús reconoce y recompensa a quienes han dejado familia, casa o posesiones para ser Sus discípulos y apacentar la grey. Estaré eternamente agradecido con quienes se dedican durante años a la visión de nuestra iglesia. Sin embargo, ¿qué sucede cuando estamos delante de nuestro Señor? ¿Qué título tiene relevancia? ¿Cuánto tiempo de servicio pesa delante de Él? Creo firmemente que el único título que importa en Su presencia es el título de “oveja” y que lo importante no es cuánto tiempo, sino el presente: el hoy es lo verdaderamente relevante: poder decir que somos ovejas de Jesús.
He meditado mucho en mi última carta sobre cómo abordar el tema de las funciones pastorales. No se puede tener una perspectiva saludable de pastorear sin haber sido pastoreado sanamente. Los buenos pastores demuestran ser buenas ovejas. Los que pretenden guiar son dóciles cuando son guiados. Aquellos que reconocen la paciencia que Jesús les tiene son quienes la podrán dar a otros. Nos llegamos a perder en el poder cuando nos desubicamos de quienes somos delante de Jesús.
La única forma de tener una perspectiva saludable de la función pastoral es conociendo nuestra posición de oveja delante del Señor. Los exhortó a reconocer diariamente que seguimos siendo ovejas de Cristo. Cuando nos encontramos correctamente en Su camino es difícil perderse en la función pastoral. Entonces ¿qué deberían hacer como pastores o como líderes de grupo de amistad? Hagan todo aquello que el Buen Pastor hace con ustedes.
Por: Juan Diego Luna