Tener un corazón sano probablemente sea una de las cosas más difíciles, pero al mismo tiempo de las más valiosas para la vida de una persona. En este post hablaré específicamente de nuestro corazón espiritual, pero al igual que sucede con nuestro corazón orgánico, nuestro corazón espiritual también necesita estar sano.
Dios le da un gran valor a lo que hay dentro de nuestro corazón. Podemos verlo en 1 Samuel 16:7 cuando dice: “Yo no veo las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero yo miro el corazón”, lo cual me lleva a preguntarte: si Dios viera lo que hay en tu corazón en este momento, ¿qué encontraría? ¿Amor genuino por las personas? ¿Bendiciones para quienes te caen mal? ¿Honra para quiénes debes honrar? ¿O encontraría un corazón orgulloso que solo anhela un título o una plataforma, y que tiene resentimientos a personas que te han hecho daño?
Tengamos cuidado porque podríamos pasar años con un corazón lleno de cosas que le desagradan a Dios sin darnos cuenta. Por eso Jeremías 17:9 nos advierte: “Engañoso es el corazón, más que todas las cosas”. Muchas veces nuestro corazón nos podría engañar diciéndonos que ciertas acciones o pensamientos están bien cuando en realidad no lo están y, por lo contrario, podrían alejarnos cada día más del propósito de Dios.
Desde que sirvo al Señor me he topado con muchas personas que excusan su desobediencia o deshonra con lo que ellos sienten que es mejor. Entonces se dejan engañar por su corazón cuando lo que Dios nos ha enseñado en Su Palabra literalmente es lo contrario a sus acciones. Por eso es importante alinearnos a lo que la Palabra de Dios nos enseña, para así permitir que el Espíritu Santo trabaje en nosotros y nos ayude a tener un corazón correcto.
Proverbios 4:23 dice: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida”. A veces no entendemos por qué no logramos llegar al destino que Dios ha preparado para nosotros, pero no trabajar por un corazón sano y dejarnos engañar por él es lo que nos va cambiando el rumbo constantemente hacia lugares donde no progresamos.
Te invito a que analices cómo está tu corazón hoy y lo pongas en las manos del Espíritu Santo para que sane, corrija y forme todo lo que sea necesario. De esta manera estarás y te sentirás sano para ser bendecido y usado por Dios.
Por: Luis Túchez