Todo cambia cuando esta situación le sucede a alguien cercano. La perspectiva te cambia totalmente cuando alguien se acerca y te dice: “tomé la decisión de abortar”, al preguntarle “¿cuándo lo harás?” y escuchar la respuesta:“ya lo hice” , nunca más vuelves a ver la situación de la misma manera. ¿Cómo abordar este tema tan polémico manifestando amor a ambas vidas?
Hace unos meses leí la novela La cabaña (la recomiendo a todos). Dios vive un proceso de sanidad en el corazón de Mack, un padre de familia cuya hija fue raptada, violada y asesinada. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo lo han acompañado en este camino de restauración hasta que llegan a un momento en donde Dios le dice: “perdónalo, dilo en voz alta, perdona al asesino”. Mack le responde furioso: “¡¿Cómo me pides perdonar a un depravado como él?!” , nuestro Padre Celestial responde “porque él también necesita restauración, él también es mi hijo”.
2 Corintios 5:16-18 (NTV) dice: “Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo solo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos ahora! Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.”
La última semana hemos visto tensión entre los que aprueban y promueven el aborto y los que no lo hacen y creen firmemente en la vida desde concepción. Ambos bandos tienen sus representantes: el Procurador de Derechos Humanos (promoviendo el aborto) y la Asociación Familia Importa (defendiendo la vida). Antes de evaluar a otros desde el punto de vista humano y afirmar quién está en lo correcto o incorrecto, deseo que mi punto de vista tenga el filtro de Jesús.
Quiero vivir con los brazos abiertos para recibir y ayudar a quienes en su momento tomaron malas decisiones como: mentir, robar, violar, abortar, engañar a su pareja, dejar de creer, etcétera. Aunque uno es el que toma las malas decisiones, siempre es necesario que existan personas que nos reciban con un abrazo y procuren nuestra restauración. Ser la Iglesia que represente el amor de Cristo es amarnos mutuamente sin importar las imperfecciones.
Mis convicciones están fundamentadas en las Escrituras. Creo que las acciones que mencioné en el párrafo anterior sí son faltas y pecados contra el prójimo. Estoy en contra del aborto y de cualquier ley que lo facilite, respalde o promueva.
Así como me parece injusta y triste la violación de una mujer, también me parece injusta y dolorosa la decisión de acabar con la vida de un ser humano. Si Dios vio vida desde los lomos de un padre, incluso antes de que la madre concibiera al hijo, yo nunca me atrevería a decir lo contrario sobre la existencia de una persona en el vientre materno. Sueño que un día las leyes sean reflejo del Espíritu de Dios y las verdades de Jesucristo.
Salmos 139:16-18 (RVR1960) dice: “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas, Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.”
Hebreos 7:10 (RVR1960) dice: “Porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.”
Deseo que no malinterpretes mi corazón. Más que defender una ley, nuestro Abogado Defensor me llama a interceder por personas. Siendo muy honesto no me gusta hablar de estos temas polémicos porque hay personas que rápidamente generalizan una opinión y la aplican en casos concretos de vidas únicas. Preguntan tu postura y la asocian a casos específicos y eso genera confusión y malentendidos. Por lo mismo evito responder específicamente en redes sociales u otros medios de comunicación masiva acerca de un tema tan delicado.
Estoy convencido de que cada historia debe ser escuchada y cada persona debe ser acompañada con abundante amor durante todo el proceso de restauración.
Escrito Por: Juan Diego Luna