Independientemente del lugar en donde vivamos, debido al coronavirus todos hemos experimentado algún tipo de cuarentena o aislamiento durante este año. En algunos casos, las cuarentenas han sido impuestas por el gobierno y en otros, ha sido de forma voluntaria, pero la mayoría hemos sentido esa sensación rara de limitación.
El problema con la cuarentena es que, aunque nos ha ayudado a prevenir que nos infectemos de coronavirus, de muchas formas ha aumentado la forma en que muchos viven o expresan sus emociones, sobretodo las que normalmente consideramos como negativas.
Durante los meses que llevamos de cuarentena, en México las llamadas a emergencias relacionadas con suicidio aumentaron un 55%, en Argentina aumentaron un 30% las solicitudes de divorcios y hasta se reportó un incremento a nivel latinoamericano del 65% de casos de bruxismo (rechinar los dientes) provocado por ansiedad. Datos como estos solo son una pequeña muestra de lo mucho que les ha costado manejar sus emociones en cuarentena a las personas.
Con esto no estoy diciendo que es malo vivir nuestras emociones, inclusive las emociones negativas es importante vivirlas, porque es normal sentirnos tristes, ansiosos, enojados o preocupados en momentos que lo ameriten. La misma Biblia nos da un gran ejemplo de que no está mal sentir estas emociones, porque Jesús se enojó cuando vio a los mercaderes dentro del templo, lloró cuando se sintió triste. En Lucas 22:41-44 nos describe la ansiedad que tenía la noche antes de ser crucificado, al punto de sudar sangre. Pero, a pesar de haber vivido estas emociones, 2 Corintios 5:21 nos habla de que nunca pecó. El problema no es vivir las emociones negativas, lo que está mal es estancarnos en ellas. Por ejemplo, dejar que una tristeza evolucione a una depresión.
Sabiendo que como humanos no estamos exentos de vivir nuestras emociones, debemos entender que la clave está en aprender a controlarlas. Si no se logran dominar, las emociones pueden llevar a acciones que ocasionen problemas muy serios, no solo en tu vida, si no en la de los que te rodean.
En la Biblia hay grandes ejemplos sobre personas que no se dejaron dominar por sus emociones como José, David y Jesús, que estando en la cruz dijo: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, en vez de pedir venganza o castigo por la humillación que le hacían.
Ahora, probablemente tú te preguntes ¿cómo se pueden controlar nuestras emociones negativas?, y a la respuesta, aunque suena a cliché es nuestra relación con el Espíritu Santo. Si leemos Gálatas 5:22-23 donde se nos habla del fruto del Espíritu, podemos ver como cada fruto contrarrestar una emoción negativa. Para el odio nos da amor; para la tristeza, gozo; para la ansiedad, paz; para el afán, paciencia; para el enojo, mansedumbre y así cada uno de los frutos.
Si te está costando lidiar con tus emociones en esta cuarentena o sientes un desequilibrio en tu forma de vivir, busca cada día del Espíritu Santo, porque él está interesado en bendecirte y verte mejor. No necesitas hacer un ritual para convivir con Él, solo búscalo en tu cuarto o en el carro, háblale y él te ayudará a mejorar cómo vives y expresas tus emociones.
Escrito Por: Luis Tuchez