La afirmación del título no me la inventé yo. En diferentes momentos y circunstancias puede que la duda se aparezca. Dudamos por falta de determinación ante varias posibilidades de elección sobre creencias, noticias o hechos.
Cuando pasamos momentos difíciles y pensamos que Dios no esta allí, dudamos. Cuando le pedimos algo y tiempo después no hemos visto su respuesta, dudamos. Cuando vemos que otros sienten cosas diferentes que nosotros, dudamos. En mi mente he dudado muchas veces, tal vez no lo he dicho en voz alta pero he dudado. Pero un día, alguien me dijo que la duda es parte de la fe, entonces indagué más.
Santo Tomás de Aquino dijo que la fe debe ser cuestionada para crecer y madurar, pues de otra manera nos quedaríamos con una fe infantil y cimentada sobre emociones y no sobre la razón.
Los procesos que nos llevan al límite son perfectos para que nuestra fe madure y dejemos de dudar de los milagros y la existencia de Dios. Que la duda no te haga temer, sino que despierte en ti el hambre de escudriñar y conocer más y te aseguro que de esa forma encontrarás los tesoros más grandes.