Hace un par de semanas me preguntaron sobre los momentos mas difíciles de mi vida y recordé el día que sentí mucho miedo a causa de un diagnóstico que iba a recibir. Estaba relacionado con una masa que me encontraron en un ovario y la evaluación definiría si era cáncer o no.
Estaba sola en mi casa recuperándome de la cirugía y la entrega de los resultados estaban tardando más de lo esperado, por lo que la ansiedad y el afán empezaron a rodearme, y la duda era cada vez mas fuerte. En ese momento decidí ir a la Biblia y buscar Isaías 53:4 y 5, y aunque me sabía esos versos de memoria, quería verificar que seguían ahí. Al leerlos volví a sentir paz, mi confianza nuevamente se puso en Dios y fue como si Él me hubiera dicho “Yo no he cambiado, Mi palabra es la misma, Yo soy tu sanador”.
No importa que situación estés pasando, Dios no ha cambiado. Él sigue siendo el mismo Dios que hace milagros, que tiene el poder para cambiar toda situación negativa y sacarte a ti, tu familia y cualquier persona de todo aquello que te genere angustia, afán o dolor. Dios puede transformar la duda y la incertidumbre de nuevo en paz y confianza, únicamente debes acercarte a Él y entregarle tu duda e inseguridad y creer en que Su palabra es verdad para ti también.
Y termino contándote para que no te quedes con la duda: este tipo de tumor es sumamente raro y dependiendo del momento en que se encuentre es cáncer o no, el mío no lo fue. Para llegar a ese momento de certidumbre tuve que atravesar mi propio desierto, pero decidí no soltarme de la mano de Jesús. Hoy te invito a hacer lo mismo, no importa lo que estés pasando, solo no lo sueltes y todo estará bien.
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Isaías 53:4-5 RVR1960
Escrito por: Brenda de Zamora