Soy una persona muy insegura, me cuesta decidir a dónde ir a comer. No me gusta ir de compras porque no me decido qué comprar. Decorar mi casa, ¡ah! Es algo que he batallado desde que tengo memoria.
Gracias a Dios mi esposo es una persona con decisiones firmes, que me ayuda a sentirme más segura. Pero ¿qué pasa cuando me
toca decidir solita? En el trabajo me ha pasado, tengo que tomar decisiones y hacerme responsable de ello y ¡huy! ¡me da mucho temor!
Lo que he aprendido es a depender de Dios, a estar confiada y segura que Él es mi respaldo. Cuando mi cabeza se vuelve a llenar de inseguridades y temores, vuelvo a la Biblia, leo mucho los Salmos, oro y pido a Dios que me de paz.
Si estás leyendo esto y te ha pasado, tranquila y tranquilo, a muchos nos pasa. Pero con todo y miedo debemos seguir avanzando, estar confiados que Dios está con nosotros, que su presencia nos acompaña a todo lugar. Respira, lee la Biblia, ora y confía.
“Todo el que confíe en él jamás será avergonzado” Romanos 10:11 (NTV)
Por: Raquel Rendón de Alvizuris