La labor pastoral no es un título que se obtiene, sino una función que se realiza. Si en este momento, de una u otra forma te encuentras cuidando y velando por la vida de una o varias personas, quizá este blog te pueda dar unos filtros importantes para realizar esa labor de la mejor forma posible.
Llevo diecisiete años sirviendo en el ministerio y he visto de todo, gente hermosa dando su vida al momento de cuidar a otros. Y lastimosamente, también he visto gente que abusa de la posición de liderazgo que ostenta. Por eso creo importante tener una brújula moral que nos guíe en nuestro liderazgo y la encontramos en Su palabra.
Pedro, en una de sus cartas nos comparte algunas maneras de pastorear y otras de cómo no hacerlo. Empecemos leyendo el siguiente versículo:
1 Pedro 5:2-4 (RVR1960): Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Apacentad la grey
Lo primero que se observa en este versículo es la labor que Dios nos encomienda y es apacentar. Esto se refiere a cuidar, enseñar e instruir a las personas que están a nuestro cargo, velar por sus necesidades. Para realizar todo esto debemos estar cerca de las personas, no se puede cuidar a alguien si permanecemos lejos e indiferentes. Involucrémonos de forma activa en la vida de las personas, esto nos va a ayudar a identificar de mejor manera que necesidades tienen.
Llamado
Nosotros no debemos cuidar a las personas que Dios pone en nuestro camino de forma obligatoria, sino voluntariamente. Reconociendo que lo hacemos por un llamado hecho por Dios. No lo hacemos por obligación o por quedar bien con alguien, a la larga esto puede producir mucha frustración en el corazón. A nadie le gusta hacer cosas que parecen una imposición, pero todos disfrutamos realizar una labor que decidimos hacer en nuestro corazón.
Motivación
A qué se refiere este versículo cuando habla de ganancias deshonestas, no solo engloba el tema económico, sino cualquier otro beneficio que pudiésemos obtener al realizar la labor que Dios nos encomendó. Quizá cuidamos a la gente con el ánimo de ser reconocidos, aplaudidos o promovidos, a esto también se refiere con la palabra ganancias deshonestas. La motivación debe ser el amor y agradecimiento a Dios, únicamente. Todo lo que no sea eso es una motivación incorrecta. Este es un buen momento para preguntarnos lo siguiente: ¿Por qué servimos a Dios? ¿Qué mueve nuestro corazón?
Relaciones
Nuestra relación con las personas no es jerárquica, no somos mayores que ellos, somos consiervos y por la gracia de Dios, ejercemos una labor pastoral y de cuidado sobre ellos. En ningún momento debería ser esto, un motivo para querer mandar y dirigir la vida de los demás, de acuerdo con nuestro criterio o conveniencia. La forma en la que Pedro nos exhorta a dirigir no es a través de autoritarismo, sino del ejemplo. De la congruencia entre nuestras palabras y acciones. Está es la forma más saludable de relacionarnos con las personas que tenemos a nuestro cargo: reconociendo que no somos mayores que ellos, solo realizamos una labor de cuidado, porque Dios así lo dispuso.
El Príncipe de los pastores
De todo lo que hagamos en nombre de Dios existirá una rendición de cuentas, y será delante del Príncipe de los pastores: Jesús. Él, no solo nos preguntará por la labor que realizamos, sino por aquello que nos motivó. Pero lejos de provocar miedo en nosotros, esto debería alegrarnos, porque de parte de Él también vendrá la recompensa eterna de todo lo que hagamos por Su reino y a favor de nuestros hermanos.
Por: Diego Herrera