El trabajo es entendido como la capacidad de una persona para obtener y mantener un empleo. Desde una perspectiva cristiana el empleo no solo se basa en habilidades y competencias, sino también en valores y principios bíblicos que guían nuestra vida y nuestras decisiones laborales. En la Biblia, desde el principio, el trabajo es visto como un mandato divino. En Génesis 2:15, se dice que Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Este acto muestra que el trabajo es parte del propósito de la creación humana.
En la Palabra de Dios encuentro cinco consejos de respaldo y recarga de nuevas energías en nuestra búsqueda de empleo y desarrollo en la práctica laboral.
1. Provisión y sostenimiento
En 2 Tesalonicenses 3:10, Pablo dice: “El que no quiera trabajar, que tampoco coma”. Este versículo resalta la importancia del trabajo para la provisión personal y familiar. Trabajar para sustentar a uno mismo y a la familia es una responsabilidad ética y moral.
2. La integridad y la honestidad
En Colosenses 3:23-24 se nos instruye: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. La integridad y la honestidad son fundamentales en cualquier ámbito laboral. Trabajar con integridad significa hacer lo correcto, incluso cuando nadie está mirando. Esto no solo genera confianza y respeto entre nuestros compañeros y superiores, sino que también honra a Dios, quien nos observa en todo momento.
3. El Servicio y la humildad
Jesús nos dejó un ejemplo claro de servicio y humildad. En Mateo 20:28, Él dice: “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. En el contexto laboral, esto significa estar dispuestos a ayudar a otros, compartir conocimientos y colaborar en equipo. La humildad nos permite aprender de los demás y reconocer nuestras propias limitaciones, lo cual es esencial para el crecimiento personal y profesional.
4. La confianza en Dios
La búsqueda de empleo puede ser un proceso estresante y desafiante. Sin embargo, la Biblia nos anima a confiar en Dios en todas las circunstancias. Proverbios 3:5-6, aconseja: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Confiar en Dios significa creer que Él tiene un plan perfecto para nuestras vidas y que nos guiará hacia las oportunidades adecuadas en el momento correcto.
5. El uso de los talentos
Dios nos ha dotado con talentos y habilidades únicas. En Mateo 25:14-30, Jesús cuenta la parábola de los talentos, que ilustra la importancia de utilizar y multiplicar los dones que se nos han dado. En el ámbito laboral, esto implica identificar nuestras fortalezas, desarrollarlas y ponerlas al servicio de los demás. Al hacerlo, no solo contribuimos al éxito de nuestra organización, sino que también glorificamos a Dios con nuestro trabajo.
Se trata de vivir y trabajar de acuerdo con los principios y valores bíblicos, confiando en Dios para guiarnos y bendecir nuestros esfuerzos. Al aplicar estas enseñanzas en nuestras vidas laborales, no solo mejoramos nuestra empleabilidad, sino que también damos testimonio del amor y la gracia de Dios en el mundo laboral.
Que Dios nos dé la sabiduría y la fortaleza para ser trabajadores diligentes, íntegros, humildes y confiados en Su providencia, usando nuestros talentos para Su gloria y encontrando el equilibrio entre el trabajo y el descanso. ¡Amén!
Por: Alu Barrios