Bienvenido al mundo donde todo es automático; probablemente estés leyendo esto desde tu celular, donde puedes leer las noticias que están sucediendo al otro lado del mundo, o enviar una story a un amigo que está a miles de kilómetros de distancia. Si todo eso ahora nos toma segundos, ¿por qué aún hay otras cosas que toman tanto tiempo? Como por ejemplo, escribir este artículo, ¿por qué debe de tomar más de cinco minutos escribirlo? Hablemos de por qué ciertas cosas aún toman tiempo y por qué eso es algo bueno.
Mira alrededor tuyo y observa lo siguiente: ¿Qué temporada del año es, hace frío o calor, es de día o de noche? Te has preguntado, ¿por qué las temporadas del año duran tanto tiempo? ¿Por qué no podemos tener un año completo de solo verano? Si te gusta el verano eso suena como un paraíso, pero, ¿por qué no sucede así? Hacer eso sería como dejar una planta bajo el sol por horas y horas sin parar, después de un tiempo esa planta se marchitaría. No existe manera en que esa planta crezca si le das solo verano o solo invierno.
Si intentáramos alterar procesos como estos, obtendríamos el mismo resultado: instantes de placer sin ningún crecimiento. Lo mismo sucede con esas cosas que aún no podemos, ni debemos, apresurar: nuestro tiempo a solas con Dios, el tiempo para cultivar buenas amistades, buscar consejo sabio de un mentor.
Con esto en mente, si bien hay cosas en nuestras vidas que sí sería beneficioso poder apresurar, hay otras cosas que si las apresuramos solo limitarían nuestro crecimiento. Para esas áreas en nuestra vida que no se pueden apresurar, el antídoto es el mismo que ha sido desde hace miles de años: fe y paciencia.
Déjame preguntarte, ¿por qué es que el creador del tiempo no nos permite adelantar el tiempo para poder disfrutar ahora mismo ciertas cosas que tanto queremos? ¿Por qué tengo que trabajar y esperar por algo que puedo obtener más fácilmente de otra manera afuera de Dios? Veo alrededor mío y observo que la naturaleza existe gracias a esperas extendidas, a ciclos ya establecidos. Si Dios creó la naturaleza para funcionar con temporadas establecidas, ¿será que Él nos creó de la misma manera a nosotros?
Paciencia es más que esperar
Talvez el problema no es el tiempo, sino nuestra perspectivas acerca de ese tiempo. Un paradigma que la mayoría tenemos es que la paciencia no es nada más que esperar a que algo pase, solo darle tiempo al tiempo. ¡No! La paciencia es mucho más que esperar. La paciencia nos enseña a valorar las cosas. Se valoran más los logros que te tomaron tiempo y esfuerzo, que los regalos que obtuviste sin tener que hacer nada por ellos. La paciencia también nos enseña a ordenar nuestras prioridades: ¿por qué es que no puedo esperar un tiempo para obtener eso que deseo, por qué es que quiero que llegue ya ese tiempo que tantos espero?
Un camino de mil millas no se camina en un día
La paciencia nos enseña que cada paso en este camino vale la pena; con cada paso aprendemos algo nuevo acerca de nosotros mismos. Cada lección aprendida en el camino será valiosa en el futuro. En esta vida pasaremos por altos y bajos, la paciencia nos enseñan a confiar en Dios y a basar nuestra fe no en una emoción, no en lo que nuestros sentidos perciben, sino en la verdad que conocemos de Dios, que Él es bueno y cumple Su palabra.
Por: Andy Sapper