Creo firmemente que todo tiende al caos, por ejemplo, mi escritorio o mi cuarto. Cualquier cosa que quiera tener ordenada se desordena y no lo puedo evitar. Quizás los ejemplos que di no son tan importantes porque con un poco de esfuerzo todo vuelve al orden que se quiere establecer. Pero ¿qué pasa cuando ese caos se manifiesta en áreas mucho más trascendentales de nuestra vida?, como la familia, el trabajo o las emociones. ¿Cómo ordenar algo que ni siquiera sabemos cómo se desordenó?
Hace un par de noches estaba hablando con alguien que quería ordenar su vida entera: salud, finanzas, creencias y familia. Solo escucharlo me abrumó porque definitivamente todo lo que me contaba no se había desordenado en unos días, eran años de malas decisiones lo que lo llevó al borde de la desesperación.
Antes de abrumarnos con el listado interminable de cosas por cambiar, enfoquémonos en el epicentro de todo lo que pasa en nuestra vida: nuestro corazón. Las Escrituras son muy claras cuando abordan este tema: ¿Quién es el responsable de que nuestro corazón se encuentre saludable? Nosotros, nadie más.
A veces le pedimos a Dios que sane nuestro corazón, y claro que Él puede hacerlo, pero nos pide que lo guardemos y lo protejamos. No siempre lo hacemos de esta manera. Es muy probable que todo caos que experimentamos provenga de un corazón dañado. Si queremos tener orden en algún área de la vida dejemos que Dios sane nuestro corazón y aprendamos a cuidarlo.
Hace poco me pasó algo que puede ejemplificar muy bien el punto que quiero trasmitirte. Salí de bañarme y todo estaba repleto de agua. No sabía qué había pasado. Me puse a secar todo, pero sabía que si no encontraba por donde se había salido el agua iba a volver a suceder. Me di cuenta de que una de las puertas de la ducha estaba mal puesta, al arreglarla no volvió a salirse el agua. A veces es igual con nuestra vida, sentimos que el agua se está colando por todos lados y tratamos de secar todo, pero no nos enfocamos en arreglar el lugar en donde está la fuga.
Te voy a compartir un versículo que me trae mucha paz cuando experimento momento de caos en la vida Génesis 1:2: “La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas”. La Tierra también experimentó un caos y fue el Espíritu Santo quien trajo orden y estabilidad a ella. No estás solo con los problemas que estás viviendo, tienes a Dios de tu lado; No le asusta el desorden que estés viviendo porque con mucho amor y paciencia te ayudará a ordenarlo todo.
Por: Diego Herrera