Todos en algún momento hemos dormido con la luz encendida luego de ver una película de miedo o haber escuchado historias de fantasmas. Pues cuando tenía diecisiete años yo tuve muchas de esas noches, y lo peor de todo es que sin darme cuenta yo había abierto muchas puertas para que constantemente experimentara el miedo.
Ese año durante muchos meses viví pequeños eventos extraños, como escuchar la voz de mi papá llamándome desde otro cuarto cuando sabía que él estaba de viaje, o que cerraran puertas con llave o se abrieran solas; pero por más que me asustaba en el momento, no le daba mucha importancia como para buscar una explicación a por qué me pasaban estas cosas. Hasta que viví una de las experiencias más sobrenaturales de mi vida.
Una noche tuve una pesadilla en la que estaba adentro de una celda y de repente un hombre parecido a Marilyn Manson empezó a caminar hacia mí y me decía repetidas veces: “Déjate usar”. Recuerdo haberme despertado del susto e inmediatamente me senté en mi cama. Cuando volteé a ver había una niña dentro de mi cuarto, estaba como sucia y me observaba con odio. Inmediatamente me tapé con mi edredón y empecé a orar, pero literalmente sentí cómo una mano me presionaba tan fuerte en el rostro que ya no podía hablar.
Luego de que dejara de sentir la mano en mi rostro, agarré mi celular e intenté llamar a mis papás para que llegarán a mi cuarto, pero mi teléfono parecía como bloqueado, así que decidí salir corriendo hacia mi puerta y la cerré detrás de mí. Cuando estaba abriendo la puerta del cuarto de mis papás, mi puerta se abrió tan fuerte que hasta dejó una marca en la pared. Esto despertó a mis papás a quienes les conté todo, me puse a orar con ellos y mientras lo hacíamos los tres escuchamos sonidos raros y pisadas fuertes arriba del cuarto de ellos.
A los pocos días de esto me tocaba quedarme solo durante veinte días y ya se imaginarán el temor que sentía, pero alguien me aconsejó analizar qué puertas había abierto espiritualmente para que me estuvieran sucediendo cosas así, por lo cual tiré libros “cristianos” que hablan sobre satanismo y cómo combatirlo —que más tarde descubrí que habían sido escritos por personas con malas intenciones— y dejé de ver películas o series que alimentaban mis temores.
En medio de todo recuerdo que un día, buscando música en mi celular, encontré un audio llamado “niña exorcizada”, el cual no recordaba haberlo descargado nunca, pero se trataba de un audio de una niña que hablaba tierno al inicio, pero que luego empezaba hablar como un demonio. Con esto lo que quiero que entiendan es que muchas veces no entendemos por qué constantemente nos pasan cosas de este tipo, pero debemos revisar qué objetos o contenido consumimos y que puedan estar abriendo puertas equivocadas a nuestra vida, para así cerrarlas.
Hace dos años vino de visita uno de mis primos y recuerdo que una mañana nos dijo que había tenido un sueño extraño en donde él se sentía asustado dentro de nuestra casa e iba a al cuarto de mis papás a decirles que había algo malo dentro de la casa, a lo que mi mamá en el sueño le contestaba con una sonrisa: “Lo malo no está dentro de la casa, sino que ha estado afuera tratando de entrar a atacar a Luis, pero nuestras oraciones lo han protegido siempre”. Y al terminar de decirle eso, en el sueño señaló la ventana de mi cuarto, donde se veía una niña tratando de entrar, pero no podía.
Al escuchar este sueño la verdad es que me dio hasta escalofríos al inicio, pero luego, cuando lo entendí, sentí mucha paz de saber el poder que hay en la oración contra todas estas fuerzas malignas que muchas veces intentan estorbarnos. Dios ha prometido en Su Palabra que ángeles acampan alrededor de Sus hijos, al igual que en Salmos 91 dice que no debemos temer al terror nocturno, porque Dios ha prometido protegernos.
Luego de esta experiencia no es que ya no me volvieran a pasar cosas sobrenaturales —es más: me han pasado muchas otras como para sacar otras partes de este post—, pero la diferencia es la seguridad con la que he enfrentado esas situaciones ahora. Entendiendo que Dios siempre está conmigo y es más poderoso que cualquier demonio o fantasma que quiera estorbar mis noches.
No te dejes engañar por el enemigo. Nada, por más tenebroso que parezca, tiene más poder que el Dios que te ama y te defiende.
Por: Luis Túchez