Me he sorprendido a mí misma en los últimos meses, comenzando el 60% de las conversaciones que tengo con mi esposo con un: “en TIKTOK aprendí que…”, de lo cual estoy un 0% avergonzada, para aclarar; pero eso no le arrebata el factor sorpresa a este descubrimiento. Es realmente fascinante navegar por un universo lleno de personajes con diferentes rasgos, edades, gustos, peculiaridades y que estén dispuestos a enseñarme un pedazo de sus vidas en 15, 60 segundos; y ahora los infames 3 minutos (las impacientes me van a entender).
Aclaro todo lo anterior porque este no es un ataque a ninguna red social ni a las personas maravillosas que hacen uso de ellas. Con todo eso en mente puedo decir: ¿no creen que todos piensan tener la verdad? Una especie de irrefutable razón es reclamada por cualquiera hoy en día. Incluso los cristianos creemos que todo lo que digamos debería ser escrito en piedra y exhibido en el MoMA o el Louvre, cuando lo cierto es que tenemos mucho que aprender todavía.
Basta con regresar unos años en nuestra línea de tiempo para darnos cuenta de que lo que creíamos saber ayer era tan solo una porción de la vida o las situaciones en particular. Pero Jesús… ay, mis amigas… Jesús verdaderamente lo sabe y lo conoce todo. Es por eso que lo considero mi Maestro hoy más que nunca y las quiero invitar a hacer lo mismo. Porque toda sabiduría y toda verdad ya está escrita en Su Palabra.
Si abren su Biblia en Juan 14 podrán leer lo que parece el clímax de una película taquillera donde el protagonista (Jesús) está a punto de morir y “dejar” a todos Sus secuaces (los discípulos), los cuales piensan que quedarán indefensos en el mundo. Es ahí en donde declara las icónicas palabras: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Estaba estableciendo el orden de la vida eterna y todo lo que le precede con una sencilla oración. Y luego prometió que nos enviarían a alguien para ayudarnos: “Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante —es decir, al Espíritu Santo—, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho”. Qué maravilloso saber que podemos contar con Su presencia para alumbrar el camino por el cual debemos andar.
La próxima vez que queramos dar un consejo o debamos decidir algo, asegurémonos de que Jesús lo avala porque entonces estaremos respaldadas por la verdad y no por nuestra insignificante opinión.
Por: Daniela Quintero de Ardón