Nací en un hogar cristiano, mis padres son amorosos y ejemplares, asisto a una de las mejores iglesias del mundo, en la que he sido líder desde hace doce años, tengo amigos increíbles que me aman, recibí una buena educación y siempre tuve las cosas que quise. Pero aun así, alguna vez pensé en suicidarme.
Si me conoces probablemente te sorprende que algo así me haya pasado por la mente, pero gracias a Dios nunca pasé más allá de pensarlo. Lo más curioso es que nunca viví una experiencia traumática como para considerarlo, pues nunca me violaron, secuestraron o mataron a un familiar. No obstante, fueron las pequeñas cosas que todos vivimos a diario las que me llevaron a pensar en el suicidio: rechazos, comparaciones, burlas, traiciones y fracasos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que más de 800,000 suicidios se ejecutan por año; en otras palabras, en el mundo una persona se quita la vida cada 40 segundos. Esto significa que cada año 800,000 personas mueren sin conocer el amor de Dios y sin saber que alguien murió para que ellos pudieran vivir.
Cuando Moisés fue con el Faraón dijo: “Yo soy, me envió”. Resulta extraño que Dios se haya presentado como “Yo soy”, ¿no creen? Pero los egipcios tenían dioses para cada necesidad: si necesitaban amor tenían una diosa del amor, si necesitaban dinero tenían un dios del dinero, etc. Mientras que Dios se presentó como “Yo soy” para que los necesitados entendieran que si lo que requerían era dinero, amor, o lo que fuera, Él podría decirles “Yo soy quien puede darte lo que necesitas”.
Esto es real, por eso debes entender que si es estás deprimido, Dios será tu alegría (Juan 16:22); si te sientes solo, Él será tu compañía (Deuteronomio 31:8); si tus problemas son muy pesados, Él será tu descanso (Mateo 11:28); si te han roto el corazón, Él sanará tus heridas (Salmos 147:3) y si vives algo malo, Él lo transformará en algo bueno (2 Corintios 5:17).
¡Dios es lo que necesitas en tu vida! Porque sin importar cuál sea tu problema, Él puede solucionarlo. No es fama o dinero lo que te llenará, porque igual ricos y famosos se suicidan, sino es Dios quien te dará una verdadera razón para vivir.
Si has tenido esta clase de pensamientos, quiero pedirte que busques ayuda. Confiésalo a tus padres, amigos, líderes, pastor o a un psicólogo. Tu vida es muy valiosa y estás en el mundo por un propósito especial. Si no lo crees, lee Juan 3:16 y sabrás que Jesús te ama tanto que murió para que pudieras tener una vida eterna.
Escrito Por: Luis Tuchez